Este pasado sábado, un suceso lamentable ocurrió cerca del estadio de La Cerámica al finalizar el partido entre el Villarreal y el Valencia (1-1). Cinco personas encapuchadas, presuntamente aficionados del Valencia, agredieron de manera brutal a tres jóvenes, dos de los cuales tenían diversidad funcional. Los agresores insultaron, increparon y golpearon a las víctimas mientras se dirigían a su casa después del partido. La violencia fue tal que dos de los jóvenes necesitaron atención médica inmediata antes de ser trasladados al Hospital de la Plana. Allí, uno de ellos fue diagnosticado con una fractura maxilofacial completa y pérdida de visión, mientras que el otro sufrió un ataque de ansiedad.
El motivo de la agresión aún se desconoce, pero Susana Herreros, madre de uno de los agredidos, expresó su indignación en redes sociales. En su publicación, relató cómo su hijo y sus amigos, todos con discapacidad, fueron atacados sin provocación por los agresores, quienes les golpearon brutalmente. La madre denunció la gravedad de la situación, destacando que uno de los chicos sufrió fracturas en la mandíbula y la pérdida de dientes. Además, mencionó que su hijo forma parte de la Escuela de Discapacidad Intelectual del Villarreal CF (EDI).
Tras conocerse el suceso, tanto el Villarreal como el Valencia emitieron comunicados en sus redes sociales condenando la agresión. La noticia ha generado indignación y condena entre los aficionados y la sociedad en general, subrayando la violencia innecesaria e injustificable que empañó el deporte.
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