El CD Castellón protagonizó un vibrante y polémico empate 2-2 ante el Albacete en el estadio SkyFi Castalia, en un partido donde mereció más pero fue perjudicado por errores defensivos y decisiones arbitrales controvertidas que generaron una gran indignación en la afición y la directiva albinegra.
El encuentro arrancó con un duro golpe para el Castellón, que encajó el 0-1 en el primer minuto tras un contragolpe culminado por Pablo. Sin embargo, la reacción fue inmediata: a los tres minutos, el VAR intervino para señalar un penalti cometido por el portero Lizoain sobre Camara, que Isra Suero convirtió en el empate. A partir de ahí, el Castellón tomó el control del juego, generando múltiples ocasiones sin acierto, hasta que un nuevo error defensivo permitió a Koffane poner el 1-2 antes del descanso.
En la segunda parte, el Castellón fue netamente superior, encerrando al Albacete en su área a base de centros y córners. La presión tuvo recompensa con el empate de Markanich en el minuto 83, tras una gran asistencia de Jesús De Miguel. El propio estadounidense rozó el gol de la remontada segundos después, y lo logró minutos más tarde, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. La polémica creció con un penalti señalado inicialmente y anulado después por otro supuesto fuera de juego, y ya en el descuento, un posible penalti sobre Castellón fue revisado por el VAR, pero el árbitro decidió no pitarlo.
El partido terminó en medio de la frustración generalizada. La afición explotó contra el colegiado González Díaz y el VAR, y el presidente del Castellón, Haralabos Voulgaris, bajó al césped para reprochar directamente al árbitro su actuación. El Castellón mereció ganar, pero las decisiones arbitrales impidieron que se llevara los tres puntos.