Tras el empate frente al Córdoba, el entrenador del Levante UD se mostró orgulloso del rendimiento de su equipo, destacando su espíritu competitivo y capacidad de respuesta ante un rival que fue al límite en busca del triunfo. Calero valoró el esfuerzo de sus jugadores, reconociendo que el partido fue una auténtica locura, especialmente en la segunda parte, llena de alternativas, ocasiones claras y ritmo frenético.
El técnico admitió que, aunque el equipo no tuvo tanto tiempo de posesión como le habría gustado, supo hacer daño al contragolpe y generó varias oportunidades claras al explotar los espacios a la espalda de la defensa rival. Lamentó no haber cerrado el encuentro cuando tuvieron la ventaja, especialmente después del gol en el descuento que parecía asegurar los tres puntos. Sin embargo, evitó caer en lamentos y pidió mantener la mentalidad firme de cara al tramo final de temporada.
Sobre las emociones en el vestuario, explicó que el empate fue doloroso por la forma en que llegó, pero insistió en que el equipo debe mirar hacia adelante. «Los partidos que quedan serán para valientes», afirmó, dejando claro que el margen de error es mínimo y que cada punto será decisivo en la lucha por el ascenso.
Por último, hizo un llamado a la afición para llenar el Ciutat de València en el próximo partido contra el Zaragoza, resaltando el compromiso del equipo y la conexión con la grada. Confía en la dinámica positiva del grupo y en que, con el apoyo de su gente, seguirán peleando hasta el final por alcanzar los objetivos.