El Levante UD vivió una noche de emociones intensas en el Ciutat de València, donde acarició una victoria histórica ante el FC Barcelona, pero acabó cediendo en el minuto 91 con un gol en propia puerta de Unai Elgezabal que dejó helada a la afición. Los granotas, que se marcharon al descanso con un 2-0 gracias a los tantos de Iván Romero y José Luis Morales, firmaron una primera parte memorable que puso contra las cuerdas al líder de LaLiga EA Sports.
El plan de Julián Calero funcionó a la perfección en los primeros 45 minutos. Con una defensa de tres centrales (Dela, Elgezabal y Cabello), escoltados en los carriles por Toljan y Manu Sánchez, el Levante se mostró sólido atrás y letal al contragolpe. A los 15 minutos, Manu Sánchez robó y condujo hasta combinar con Toljan, que asistió a Iván Romero para abrir el marcador con una definición de lujo. El Ciutat rugía como en las grandes noches.
El Barça no encontraba espacios y solo amenazaba a balón parado, hasta que llegó la jugada polémica: un disparo de Morales golpeó en la mano de Alejandro Balde y el VAR avisó al colegiado Hernández Hernández. El Comandante Morales no falló desde los once metros y desató la euforia con el 2-0 justo antes del descanso.
Pero tras la reanudación, el equipo azulgrana reaccionó con contundencia. En apenas seis minutos, Pedri y Ferran Torres devolvieron las tablas al marcador. Pese al golpe, el Levante UD no se rindió y siguió compitiendo con orden y carácter, resistiendo el asedio culé hasta los instantes finales.
Cuando el empate parecía seguro, un centro de Lamine Yamal fue desviado por Elgezabal hacia su propia portería, sellando un cruel 2-3. El Levante se quedó sin premio pese a su gran esfuerzo, pero dejó claro que en su regreso a Primera es un equipo competitivo, capaz de plantar cara a cualquiera.