El Benfica ha puesto sus ojos en Carlos Álvarez, actual mediapunta del Levante y una de las piezas más destacadas del equipo en la pasada temporada. El club portugués está dispuesto a realizar un importante desembolso económico para hacerse con sus servicios, planteando una oferta que oscilaría entre los 15 y los 20 millones de euros, aunque la cláusula de rescisión del jugador asciende a 25 millones. La propuesta coloca al Levante en una situación compleja, ya que supone una gran oportunidad económica, pero también la posible pérdida de uno de sus futbolistas más valiosos y determinantes.
Álvarez, recordado especialmente por el gol que selló el ascenso del Levante a Primera División en Burgos, se ha convertido en una figura codiciada en el mercado. Su proyección y capacidad de marcar diferencias en el campo hacen que varios clubes europeos lo tengan en su radar, aunque es el Benfica quien ha movido ficha con mayor decisión en estos últimos días de mercado.
El Levante, consciente de la importancia del jugador tanto deportiva como económicamente, tendrá que valorar si acepta la oferta del equipo lisboeta o si intenta retenerlo, al menos por una temporada más. La situación se convierte en un auténtico “culebrón” de verano, ya que entran en juego intereses deportivos, financieros y también personales para el propio futbolista, que podría dar un salto significativo en su carrera.
Por otro lado, el Sevilla sigue de cerca la operación, puesto que conserva un porcentaje de los derechos de Carlos Álvarez. Si el traspaso se cierra en 2025, el club andaluz ingresaría un 40% del total, mientras que si se produce en 2026, el porcentaje descendería al 30%. De este modo, la entidad hispalense podría beneficiarse notablemente de una venta inmediata, lo que incrementa el interés en que la negociación se concrete cuanto antes.