La derrota del Valencia CF en Mestalla frente al Real Oviedo ha dejado heridas no solo deportivas, sino también emocionales entre la afición y parte de la plantilla. El conjunto dirigido por Carlos Corberán cayó por 1-2 y encajó su primera derrota de la temporada como local, un golpe duro que generó un ambiente muy tenso en las gradas del estadio valencianista.
Desde el inicio del encuentro, el descontento de la grada fue palpable con silbidos aislados que se intensificaron tras el empate del Oviedo y explotaron definitivamente cuando los asturianos remontaron el partido. El malestar de Mestalla tuvo un protagonista señalado: José Luis Gayà. El capitán del Valencia, que disputó los 90 minutos, fue abucheado en varias fases del duelo, especialmente en los últimos compases, cuando cada balón que tocaba era recibido con pitos.
El lateral de Pedreguer llegó incluso a encararse con parte del público tras un lance del juego que no gustó a la grada, lo que aumentó aún más la tensión. La respuesta de Gayà, visiblemente frustrado, encendió todavía más los ánimos de un sector de la afición que no entendió su decisión en esa jugada.
Esta situación refleja un arranque de temporada complicado para el capitán, cuya relevancia en el esquema del equipo ha ido perdiendo peso. El jugador, al abandonar Mestalla, lo hizo con gesto serio y visiblemente molesto tanto por la derrota del Valencia CF como por la reacción de la afición.
La exigente grada de Mestalla no perdona la falta de intensidad y espera que su equipo dé un paso adelante. La derrota ante el Oviedo no solo deja tres puntos en el camino, sino también una relación torcida entre un emblema del club como Gayà y parte de la afición valencianista.
