El Levante UD afronta un momento de calma tensa tras disputarse las primeras once jornadas de LaLiga, con un balance de solo nueve puntos de los 33 posibles. El conjunto dirigido por Julián Calero ha sumado la mayoría de sus puntos lejos del Ciutat de València, donde su rendimiento ha sido muy por debajo de lo esperado.
El arranque en casa iguala el peor inicio histórico del Levante en Primera División, con solo un punto de quince posibles en las cinco primeras jornadas, un registro que recuerda al de la temporada 2007-2008, marcada por el descenso. Con un empate y cuatro derrotas como local, el conjunto granota no logra transformar en resultados el trabajo mostrado sobre el terreno de juego.
Más allá de los puntos, preocupa especialmente el rendimiento defensivo. El Levante presenta un balance negativo de -8 goles en el Ciutat de València, con 14 tantos encajados y solo 6 a favor, cifras que igualan las del actual colista, el Real Oviedo. “Nos estamos adaptando bien en ataque, pero nos cuesta más en defensa. Tenemos que defender todos mejor, no solo la línea defensiva”, reconoció Calero en la previa del duelo ante el Celta de Vigo.
A pesar de los malos datos, existe un rayo de esperanza: el Levante solo ha ocupado puestos de descenso en tres de las once jornadas (segunda, tercera y cuarta), lo que demuestra que el margen de reacción aún es amplio. Con la confianza del vestuario en Calero intacta, el reto del equipo pasa por reforzar su solidez en el Ciutat de València y convertir su estadio en el fortín que necesita para escalar posiciones en la clasificación.





