Ron Gourlay, CEO del Valencia CF, protagonizó un discurso contundente en la junta general, defendiendo su gestión y respondiendo a las críticas sobre promesas incumplidas, falta de transparencia y frustración de la afición. Con más de 40 años de experiencia en el fútbol, Gourlay pidió perspectiva y tiempo para desarrollar un proyecto que, asegura, no puede ejecutarse en una sola ventana de fichajes.
Subrayó que el Valencia es un “gigante dormido” y que su reconstrucción exige unidad, planificación y el impulso económico del Nou Mestalla, considerado clave para competir con los grandes, generar ingresos comerciales y cumplir con el Fair Play Financiero. Afirmó que sin el nuevo estadio es imposible aspirar a entrar en Champions de forma sostenida.
Gourlay también defendió la estrategia deportiva basada en cantera y estabilidad: destacó la renovación de tres jóvenes talentos, aclaró que otro jugador no renovó por decisión propia y remarcó que el club está invirtiendo en la Academia VCF para garantizar un modelo sostenible. Señaló que ya se han integrado varios jugadores del filial y que existe una estructura deportiva reforzada con analítica de datos y un nuevo equipo de scouting nacional.
Sobre el presente deportivo, reconoció que la situación es complicada, pero llamó al optimismo y a valorar el trabajo de Carlos Corberán, al que mostró total confianza. También pidió paciencia: el proceso de recuperación, afirmó, requiere varias temporadas y “dos o tres ventanas de traspasos” para ver resultados sólidos.
El CEO aseguró integridad, transparencia y compromiso. Recalcó que no ha venido a fracasar y que este será su último club. Su mensaje final fue una petición de unidad: la afición es el corazón del Valencia CF y solo juntos —club, técnico, jugadores y aficionados— se podrá devolver al equipo al nivel que merece.
El futuro del Valencia CF pasa, según Gourlay, por planificación, cantera, estadio y paciencia.





