El Levante UD está de vuelta en Primera División. Lo ha hecho con una victoria agónica por 2-3 ante el Burgos CF en El Plantío, gracias a un gol en el minuto 98 de Carlos Álvarez que selló uno de los ascensos más emotivos de la historia reciente del club.
El partido comenzó cuesta arriba para los de Julián Calero. En apenas un minuto, Fer Niño adelantó al Burgos, y aunque Roger Brugué empató en el 21’, el propio Fer volvió a marcar en el 35’. El Levante, sin embargo, no perdió la calma. Consciente de que solo le valía ganar y que el Mirandés estaba empatando, el equipo se volcó al ataque.
En la segunda parte, el dominio granota fue total. Calero movió el banquillo con inteligencia, y el equipo ganó profundidad y ritmo. En el minuto 84, Brugué volvió a aparecer en el área para hacer el 2-2 y encender las gradas de El Plantío, donde más de 2.000 aficionados levantinistas no dejaban de alentar.
Y cuando parecía que el partido terminaría en tablas, llegó el momento de la temporada. En el minuto 98, Carlos Álvarez recibió el balón, se perfiló hacia dentro y soltó un zurdazo directo a la escuadra. El gol del ascenso. El joven atacante cayó al suelo entre lágrimas, emocionado, consciente de lo que acababa de lograr.
El pitido final desató una invasión de campo de los seguidores granotas, que celebraron junto a sus jugadores un regreso esperado y merecido. El Levante UD, tras tres años de lucha, decepciones y reconstrucción, vuelve a la élite del fútbol español.
Con una plantilla comprometida, un técnico inspirado y una afición fiel, el Levante vuelve… y quiere quedarse.
