Tras el empate 2-2 entre Valencia CF y RCD Espanyol en el Camp de Mestalla, el entrenador Carlos Corberán analizó el encuentro, destacando la entrega y sacrificio de su equipo. A pesar de que el Valencia buscó los tres puntos durante todo el partido, Corberán reconoció que el empate dejó un sabor «a poco». «El planteamiento del equipo fue ir a por los tres puntos, y aunque llevamos ocho partidos sin perder, aún no hemos alcanzado nuestro objetivo», comentó.
El técnico valoró el esfuerzo de los jugadores, señalando que el equipo compitió con corazón, aunque con momentos de precipitación. En cuanto al desempeño del rival, Corberán destacó la peligrosidad del Espanyol, especialmente en su capacidad de contraataque. A pesar de algunos desaciertos, como no manejar correctamente las acciones de ataque, el Valencia se mantuvo luchador hasta el final. El entrenador subrayó la importancia del apoyo de la afición, que, con más de 42,000 personas en las gradas, fue clave para mantener la motivación del equipo.
Sobre la dificultad de ganar partidos en LaLiga, Corberán afirmó que la competencia es muy dura y elogió la actitud de sus jugadores. Aunque reconoció que el arbitraje estuvo marcado por algunas decisiones polémicas, el entrenador reafirmó su confianza en la honestidad de los árbitros, destacando que el equipo nunca vio el arbitraje como la causa del empate.
Con la vista puesta en el futuro, Corberán expresó que el objetivo sigue siendo sumar el mayor número de puntos posible, sin perder la ambición de siempre: «El equipo ha dado todo lo que tiene y no se puede reprochar nada».
