El Villarreal vivió una noche amarga en el Signal Iduna Park tras caer goleado frente al Borussia Dortmund en un partido que comenzó con buenas sensaciones para el conjunto de Marcelino, pero que terminó convirtiéndose en un auténtico desastre tras una expulsión polémica de Juan Foyth y una segunda parte completamente descontrolada.
Durante los primeros 45 minutos, el Villarreal mostró una solidez defensiva sobresaliente, pese al dominio territorial del Dortmund. Marcelino ajustó la presión adelantando líneas para evitar el acoso alemán, y el plan funcionó: el Submarino obligó al rival a mover el balón con paciencia entre sus tres centrales, mientras la zaga grogueta cortaba con eficacia las combinaciones alemanas. Incluso llegó a generar peligro con dos jugadas ensayadas a balón parado que inquietaron al banquillo local. Sin embargo, cuando el equipo acariciaba el descanso, Guirassy anotó el 1-0 en el 45+2 en una acción revisada por el VAR que finalmente validó el gol.
El inicio de la segunda mitad fue el punto de ruptura. En una jugada confusa dentro del área, el árbitro interpretó mano de Foyth pese a que las imágenes mostraban un posible despeje con el pecho. Tras una revisión polémica, señaló penalti y expulsó al defensor argentino. Guirassy aprovechó el rebote del lanzamiento desde los once metros para firmar el 2-0 y hundir anímicamente al Villarreal.
A partir de ese momento, el Dortmund olió sangre y castigó cada error groguet. Adeyemi marcó el 3-0 tras una acción llena de rebotes y velocidad, mientras que Svensson cerró la goleada en el minuto 95. Pese a un intento aislado del Villarreal a balón parado, el equipo de Marcelino se vio obligado a adoptar un plan conservador para evitar un castigo mayor.
El duelo dejó un sabor cruel: una primera parte madura y competitiva se evaporó en una segunda mitad marcada por decisiones arbitrales controvertidas y la contundencia ofensiva del Dortmund.





