Julián Calero analizó la victoria de su equipo ante la SD Huesca en El Alcoraz, destacando la dificultad del encuentro. Reconoció que ganar en este estadio no es tarea fácil, ya que los locales imponen un ritmo complicado y competitivo. Sin embargo, consideró este triunfo como un paso más en la larga temporada y se mostró satisfecho con el rendimiento de sus jugadores.
Sobre los cambios en el once inicial, explicó que buscó reforzar el juego aéreo con Iborra, Dela e Ignasi, además de aportar velocidad con Brugui e Iván Romero. También destacó que mantuvieron la calma durante el partido, con la idea de aprovechar el tramo final para buscar la victoria. Álex Forés fue clave para romper el empate, algo que el técnico esperaba, pues confiaba en que tarde o temprano sería determinante.
Respecto al liderato, comentó que ser primeros en la clasificación es algo que cambia constantemente, por lo que no le preocupa tanto como mantener la mentalidad ganadora hasta el final de la temporada. Lo más importante, según él, es que el equipo siga persistiendo y creyendo en su juego para alcanzar objetivos importantes.
También tuvo palabras para Giorgi Kochorashvili, a quien calificó como un jugador extraordinario por su capacidad de trabajo, visión y equilibrio en el campo. Destacó su gran nivel y lamentó que tenga que ser baja por compromisos con su selección, ya que considera injusto que la categoría pierda calidad debido a estas ausencias.
Sobre las posibles manos en el partido, el entrenador mencionó que los árbitros no dieron explicaciones claras, pero entendió que no fueron infracciones. Según su interpretación, la primera acción fue un rebote y la segunda ocurrió porque Elgezabal estaba cayendo y apoyó el brazo en el suelo.
