Julián Calero ofreció este lunes su rueda de prensa de despedida tras ser destituido como entrenador del Levante UD. El técnico madrileño, que cayó tras la última derrota frente al Athletic Club en el Ciutat de València, quiso cerrar su etapa “con una sonrisa” y desde la gratitud hacia todos los estamentos del club. Calero agradeció la confianza del Consejo de Administración, el apoyo constante de las oficinas y la implicación del vestuario, al que considera “su familia deportiva”. También dedicó un mensaje especial a la afición, a la que definió como “la base del club y la verdadera fuerza para salir adelante”.
El entrenador recordó que asumió el proyecto en Segunda División “con muchos problemas” y se marcha dejando al Levante en Primera y a solo tres puntos de la salvación. Subrayó la revalorización de la plantilla y su convencimiento de que habría logrado mantener al equipo. Aun así, afirmó respetar la decisión porque “el fútbol está lleno de circunstancias” y añadió que no se ha sentido maltratado en ningún momento.
Calero repasó momentos clave de su etapa, como el partido en Elda —“el punto de inflexión hacia el ascenso”— y la histórica victoria en Burgos. Explicó que la destitución le sorprendió tras acudir a entrenar el domingo por la mañana y reconoció que la llamada de Pepe le dolió, aunque intentó afrontarla con deportividad. Sobre su relación con Pablo y Pepe, aseguró que existe un respeto mutuo y no descarta volver algún día: “El Levante es mi casa. ¿Por qué no soñar con un nuevo viaje?”.
El ya exentrenador granota permanecerá en Valencia hasta junio y confiesa sentirse “feliz, agradecido y fortalecido”. Se va, dice, “como un levantinista más, con el alma llena de cariño”.





