Había una famosa camiseta de cierta entidad bancaria valenciana que ponía las letras «cuna de campeones» refiriéndose a Valencia o a España. Cojámoslo como que se refería a Valencia. Y es que cuando hablamos de Valencia como campeones o gente que ha llevado la bandera o la señera a lo más alto se nos viene a la cabeza: Juan Carlos Ferrero (nº1 ATP en tenis), David Ferer (top-3 en ATP), Quique Llopis (atleta) o los David Albelda (Valencia CF) y Vicente Iborra (Levante UD). En este caso, un nombre más se suma al selecto grupo de campeones del mundo como valencianos.
Hablamos de Kevin Koffi, valenciano de Utiel que ganó el campeonato del mundo de kickboxing en categoría LC (Light Combat) en Abu Dabi el pasado mes de noviembre. Hoy, se siente frente a los micrófonos para hablar de cómo lo consiguió, cuál fue el camino, cómo es su vida y, una cosa importante, ¿puede vivir de ello?
¿Qué es el kickboxing? Y, ¿en qué se diferencia con el resto de artes marciales?
El kickboxing es un deporte de contacto, pegamos puñetazos y patadas, cogemos una parte del boxeo y una parte del taekwondo; puedes pelear, tanto en tatami como se hace en el taekwondo, karate, judo y luego en el ring, como sería la parte de boxeo, entonces hay varias modalidades. La mía es LC que significa Light Combat que es de menos de 84 kilos.
¿Cuándo y cómo empezaste a competir?
Empecé a los tres años, desde bien pequeño empecé a entrenar y a practicar karate, luego kickboxing, además, mis hermanos también practicaban karate; y mi padre -y entrenador- fundó el club deportivo Zanshin en Utiel.
¿Cuáles son las naciones más fuertes en kickboxing?
Pues a ver, en el medallero, siempre arriba está Italia, están países del este, son gente dura, que no sabes que vas a tener combate duro. Pues no sé, también Eslovenia, son rivales muy buenos. Turquía trae mucha gente, una selección que está creciendo mucho, están apostando mucho por el deporte y la verdad es que el nivel es también muy bueno. Y España estamos ahí entre los, vamos a decir, top 10. Top 10 ahora estamos subiendo el nivel, pero nos está costando llegar. Ha subido el nivel. Hemos traído 5 medallas de oro, 5 de plata y 5 de bronce y de esas 5 de oro, 4 son de aquí, de la comunidad. España no sé, pero Valencia está subiendo el nivel.
Bueno, y en Arabia Saudí fue dónde te llevaste el mundial…
Sí, exactamente, el campeonato del mundo y en Abu Dabi. Ahí estuvimos nueve días con la selección española.
¿Qué te encontraste para acabar venciendo?
Bueno, pues fue un poco de sorpresas porque estamos durante todo el año en un circuito y según vas quedando en las competiciones, estás más arriba del ranking o más abajo. Están los cabezas de serie que libran rondas y luego los favoritos que son los que están más arriba en ese ranking. Ha sido un campeonato de sorpresas de los que estaban arriba del ranking cayeron en primeras rondas. Yo, por ejemplo, tuve en primera ronda a India, que fue bastante asequible. Luego tuve a Tayikistán, que fue un combate muy duro, que me rompió la nariz en ese combate. Luego lo que me he encontrado ha sido incertidumbre. ¿Me va a aguantar la nariz? ¿Me van a parar el combate porque he sangrado mucho? Ha sido un poco un sinvivir de decir… ¿Voy a poder seguir peleando? ¿Me va a ganar uno? En cuartos, me enfrenté a un chico húngaro, que siempre estamos entre él y yo a ver si siempre gana él o gano yo. El mundial pasado me ganó las dos semifinales por lo mismo, me rompió la nariz, y no paraba de chorrearme y no pude seguir el combate. Entonces claro, esa incertidumbre de decir ¿Puedo seguir o no puedo seguir? Pude ganar bien, con mucha cabeza hice el combate. Y luego en la semifinal me tocó contra Polonia, que fue un poco más asequible, me dio un par de veces en la nariz y yo digo no sé si ponerme aquí a llorar o a aguantar. Y luego ya la final todo bien.
¿Cómo son los tratamientos cuando te rompen la nariz para los siguientes combates?
El primer tratamiento es tomar pastillas para el dolor y hielo todas las noches. Cada poco tiempo ponerse hielo y a rezar, porque tampoco puedes hacer mucho. Y, cuando llegas aquí [a España], ya te la pueden colocar en el sitio, pero allí no te lo pueden hacer.
¿A los campeonatos te llevas a tu gente?
Vas con tu entrenador o solo porque sabes que va otro entrenador de otro gimnasio y se puede poner contigo. El nutricionista se queda en casa, el preparador físico también. Todo el mundo trabaja, no todo el mundo tiene la posibilidad de poder irse tres o cuatro días a un campeonato o nueve días a un campeonato del mundo.
¿Cómo se consiguen los medios para viajar y entrenar?
Bueno, el que trabaja tiene medios… [se ríe] Si encuentras patrocinadores, y es una suerte, porque menos en el campeonato del mundo y el campeonato de Europa, que vamos con el equipo nacional, el resto de las competiciones lo costeamos todos nosotros. Una competición que sales al extranjero, que son tres o cuatro días, son unos quinientos o seiscientos euros aproximadamente por competición. Y hay unas cuantas al año.
¿Se puede vivir de esto?
El Estado te puede dar dos mil o tres mil euros por la medalla de oro. La Generalitat te puede dar más o menos lo mismo. Entonces, con cinco mil euros, no vives. Entonces va a llegar un punto en el que tenga que decidir si competir o vivir. También, imagina que tienes hijos, se van complicando las cosas, trabajo, hijos… Y llega un momento en el que digas no, no me puedo dedicar porque si no me da de comer… Es triste, pero es así.
Estaba viendo también antes en tu Instagram que tuvisteis problemas con la DANA y con el gimnasio, ¿cómo fue aquello?
Sí, la verdad es que nosotros perdimos todo el gimnasio. Entonces ha sido un año de recuperación, de poder recuperar todo el gimnasio. Nos costó entre seis y ocho meses recuperarlo. Es duro, porque al fin y al cabo es tu sitio de trabajo tanto para dar clases como para yo poder entrenar. Y el perderlo es algo muy duro, tanto para nosotros como para el resto del pueblo, cómo se había quedado. Y bueno, aproximadamente en mayo o así ya pudimos volver, mientras entrenábamos en otro sitio donde podíamos. Y en mayo ya pudimos volver y por suerte preparar este durante el verano, bien el campeonato lo pude preparar. Pero bueno, es lo que hablábamos durante el año, tengo que seguir compitiendo en campeonato autonómico, campeonato de España. Me podrían llevar a lo mejor si no compito, por mis resultados y demás, me pueden llevar a campeonato de Europa, me pueden llevar a campeonato del mundo si me hacen las fases previas, por así decirlo. Pero el competidor también necesita competir, si no llegas a un Mundial o a un europeo y te pasan por la derecha.
¿En qué se compone un poco tu día a día?
Me levanto por la mañana, me vengo al colegio, que soy profesor de primaria, soy tutor de cuarto de primaria en un cole en Valencia. Luego me voy a entrenar o a dar clases al gimnasio durante toda la tarde, desde las cuatro de la tarde hasta las nueve que acabo. Y cuando acabo, entreno yo, que es lo complicado. Ahí es donde empieza el sufrimiento y el sacrificio. Cuando has pasado todo el día, que llevas trabajando todo el día, te toca seguir trabajando. Al fin y al cabo, es un trabajo que lo tienes que hacer sí o sí, que es entrenar. Ahí es donde se hace un poco la diferencia entre el deportista normal, que igual no entrenaría, o la persona normal y nosotros, que es una obligación y entrenamos.
¿El trabajo del colegio te da los días?
Sí. Me da un poco de facilidades para poder estar en el Mundial una semana fuera, si me sustituyen y demás.
Bueno, por lo menos ahí tienes suerte…
Sí, por lo menos en esa parte tengo suerte. Pero, por ejemplo, en el gimnasio, que es un negocio familiar propio, tenemos que cerrar. Mi padre es mi entrenador. Nos vamos los dos y ya nadie puede dar las clases. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Llega un momento que, como de esto no se puede vivir, es una faena, porque yo vivo de mi trabajo, no de la competición.
¿Cuáles son tus planes de futuro, ahora que aún eres joven?
Bueno, mis planes de futuro son seguir dando clases en el colegio, el de momento seguir compitiendo hasta que el cuerpo me aguante o pueda seguir compaginando esa vida de competición o de alta competición, por así decirlo, con mi vida familiar. Y luego, en un futuro, tenemos el gimnasio en Utiel, me gustaría también montar un centro en Valencia, un club deportivo en Valencia, capital.





