El Valencia atraviesa una de las peores rachas de su historia, incluso peor que la de la temporada 1985-86, cuando descendió. En los últimos 22 encuentros de liga, el equipo solo ha logrado dos victorias y seis empates, sumando catorce derrotas. La mala dinámica comenzó al final de la pasada campaña, cuando tras vencer al Osasuna en abril, encadenó cinco derrotas y dos empates. En la temporada actual, tardó seis jornadas en obtener su primer triunfo y, desde entonces, solo ha sumado otra victoria, ante el Betis en la jornada 14.
El equipo de Rubén Baraja, que sigue como técnico pese a los resultados, ha perdido tres partidos consecutivos y actualmente ocupa el último puesto de la tabla, a seis puntos de la salvación. Sin embargo, tiene dos partidos pendientes, lo que le ofrece una pequeña esperanza de revertir la situación. Este miércoles afronta un duelo crucial frente al Espanyol, que ocupa el puesto 18 y tiene 14 puntos, cuatro más que el Valencia. Una victoria en este enfrentamiento directo podría ser clave para mantener las aspiraciones de permanencia en Primera División. Sin embargo, el equipo sigue enfrentando grandes desafíos en su lucha por la salvación.
