El futuro de André Almeida en el Valencia CF ha quedado despejado tras un verano de incertidumbre. El centrocampista portugués ha alcanzado un acuerdo con el club de Mestalla para renovar su contrato hasta el 30 de junio de 2029, un movimiento que refuerza tanto la confianza de la entidad en su proyección como el compromiso del futbolista con el proyecto blanquinegro.
La ampliación supone un salto económico para el jugador, que pasa a situarse en la franja media de la plantilla en términos salariales, dejando atrás la condición de uno de los sueldos más bajos del vestuario. Para el Valencia, además, es una manera de blindar a un futbolista por el que ya se invirtieron en 2022 alrededor de ocho millones de euros al Vitória Guimarães y que, pese a no haber alcanzado todavía la regularidad esperada, cuenta con el respaldo total de Carlos Corberán.
El camino de Almeida en Mestalla ha estado marcado por luces y sombras. Ha dejado destellos de su calidad en diferentes etapas, pero también ha convivido con lesiones y bajones de rendimiento que le han impedido consolidarse como un fijo. La llegada de Corberán supuso un punto de inflexión: en la recta final del curso pasado recuperó protagonismo y firmó cuatro asistencias, ganándose la confianza de un técnico que ve en él un centrocampista versátil y con capacidad para marcar diferencias.
Durante el último mercado, su nombre estuvo en varias quinielas de salida, con el Trabzonspor como opción más concreta, pero ninguna propuesta convenció al club ni al jugador. Hoy, con la renovación hasta 2029 ya firmada, el escenario cambia por completo. El Valencia asegura la continuidad de un talento que aún debe explotar y Almeida tiene la oportunidad de responder en el césped a la apuesta firme que el club ha hecho por él.
