El Levante protagonizó un intenso empate 2-2 frente al Córdoba en un partido lleno de emociones, frustración y esperanza. El equipo dirigido por Julián Calero se adelantó en dos ocasiones en el marcador, la última de ellas en el minuto 92 gracias a un gol de Álex Forés que parecía sentenciar el encuentro. Sin embargo, en el último suspiro, Rubén Alves empató para los locales, arrebatando dos valiosos puntos a los granotas y dejando un sabor amargo.
El Levante mostró una actitud combativa y una mentalidad de equipo de Primera División, características que mantienen viva la ilusión del ascenso. Pese a la decepción por el empate, el equipo dejó una imagen de gran competitividad, algo que ha calado hondo en la afición, que continúa soñando con una temporada histórica.
Durante el partido, el Levante golpeó primero con un gol de Roger Brugué tras un contragolpe, pero el Córdoba reaccionó con fuerza, estrellando un balón en el larguero e igualando el partido nada más empezar la segunda mitad por mediación de Pedro Ortiz. El conjunto visitante siguió luchando y Forés, tras un rechace, falló una ocasión clara antes de redimirse con su gol en el descuento.
No obstante, el Córdoba no se rindió y, tras una revisión de VAR que anuló un posible penalti, Alves firmó el empate final en el 95’. El Levante aún tuvo dos oportunidades más que acabaron en el larguero, dejando al equipo tocado, pero no hundido.
Pese al desenlace, el punto permite a los de Orriols mantenerse en los puestos de ascenso directo. La afición valora el esfuerzo y entrega de su equipo, consciente de que cada partido será una batalla hasta el final del campeonato.
